NOTAS

Puertorriqueños Tecnéticos: Alvin Chardón

Alvin-Microsoft[2]Nota del editor:

Con el deseo de llevar a nuestra juventud latinoaméricana ejemplos de esfuerzo, éxito y superación, nos complace ofrecer otra entrevista como parte de una serie que comenzó con la de Fernmarie Rodrí­guez y que tiene como propósito dar a conocer lo mejor de nuestra “juventud tecnética”. Son estos los que llevarán sangre hispana hacia el futuro del campo de la tecnologí­a y las ciencias.

Nuevamente me honro en presentarles a otro destacado joven puertorriqueño que actualmente labora con la compañí­a Microsoft y cuyo trabajo está presente de manera invisible cada vez que utilizamos nuestras computadoras y que hoy por fin dejará de serlo: Alvin Chardón.

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Espero que disfruten la lectura de esta entrevista tanto como yo disfruté hacerla para ustedes.

Cordialmente,

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Wilton Vargas

Editor

Escucha la entrevista en logo_mega106[1]

Piense en el momento en que usted usa su computadora para escribir una carta, escuchar música, o editar una foto.

Gracias al talento y creatividad de los programadores, las computadoras dejan de ser un montón de complejos circuitos y chips para convertirse en instrumentos útiles y (relativamente) fáciles de usar para los usuarios.

Pero, a los programadores, ¿quién les facilita su trabajo?

De igual manera que un mecánico cuenta con su caja o armario de herramientas para que su labor no sea tan pesada, los programadores también dependen de instrumentos similares que los ayuden a hacer de su trabajo uno más creativo, llevadero, eficiente y que aumente la funcionalidad de los programas que crean.

Si usted es o desea ser creador o creadora de programas que sean compatibles con el sistema operativo Windows, es probable que en algún momento su trabajo haya sido un poco más fácil gracias al talento, esfuerzo y dedicación de un joven puertorriqueño de nombre Alvin Chardón.

Alvin, con 26 años de edad, nació en la ciudad Ponce, al sur de la isla de Puerto Rico. í‰l es parte de un grupo de trabajo dentro de la gigante de programas de computadoras Microsoft responsable de tal vez la herramienta más importante para cualquier creador de programas compatibles con el sistema Windows: el compilador del lenguaje Visual C++.

¿El…qué?

No lo culpo por preguntarse. En palabras sencillas, el compilador del lenguaje Visual C++ se encarga de tomar el código o programación que crean los programadores y convertirlos en los ceros y unos que la computadora realmente puede entender.

Pero, ¿qué tan importante es este “compilador”? Para que tenga una idea, desde el mismo sistema Windows, hasta Word, PowerPoint, PhotoShop y muchos otros programas de clase mundial son llevados a la realidad utilizando el compilador del lenguaje Visual C++. Con semejante carga sobre los “hombros” del producto en el cual trabaja, Alvin entiende que tiene en sus manos una enorme responsabilidad.

Especí­ficamente, Alvin se desempeña como diseñador y encargado de pruebas a programas, además como gerente de programas. Esto se traduce en que el joven ha contribuido de manera directa al desarrollo de la herramienta anteriormente mencionada, así­ como a la experiencia que el usuario tiene con la presentación o interfaz gráfica de este.

Pero el trabajar para una de las empresas consideradas como uno de los epicentros tecnológicos del planeta ciertamente encierra una historia interesante, llena de esfuerzo, sacrificio, voluntad y tesón.

alvin-microsoft-1[1]A los 18 años, Alvin se graduó valedictorian (premio otorgado al estudiante con el promedio más alto de la clase) de la Academia Santa Marí­a en su ciudad natal, lugar donde han estudiado grandes personalidades puertorriqueñas que van desde polí­ticos hasta artistas.

Con una idea definida de hacia dónde querí­a dirigir su futuro, Alvin solicita y es aceptado para estudiar Ingenierí­a de Computadoras en el Recinto Universitario de Mayagí¼ez de la Universidad de Puerto Rico.

Como consecuencia de su participación en una investigación sobre el vasto campo de la inteligencia artificial, surge para Alvin la oportunidad de demostrar que su valedictorian no le fue otorgado por accidente ni casualidad y decide estudiar simultáneamente ingenierí­a de computadoras e ingenierí­a eléctrica.

Años de estudios intensos, la presidencia de la mundialmente reconocida Sociedad de Honor de Ingenierí­a Tau Beta Pi, y la realización de un internado de verano como ingeniero en probatoria de diseño de software para quien luego serí­a su patrono. Todos estos fueron sucesos importantes dentro del perí­odo estudiantil de Alvin, el cual culminó en 2002 con su graduación con doble bachillerato o licenciatura…y de qué forma: Alvin recibió reconocimientos por lograr obtener el promedio académico más alto tanto en ambas disciplinas como en todas las facultades de ingenierí­a de la universidad. Pero esto no termina ahí­; este joven obtuvo el promedio más alto de toda la clase graduanda de dicho año.

Es entonces que recibe una oferta de Microsoft para que se mude al noroeste de los Estados Unidos y forme parte del equipo del compilador Visual C++, labor que desempeña en las oficinas centrales de Microsoft, localizadas en Redmond, Washington.

Conocí­ a Alvin durante la segunda mitad de mi visita al campus corporativo de Microsoft, y fue un evento sumamente jocoso y altamente matizado por eso que hace especial a los puertorriqueños.

La oficina que maneja las operaciones de Latinoamérica de Microsoft logró reunir ante la prensa latinoamericana allí­ presente a un nutrido grupo de hispanos que trabajan para Microsoft en Redmond. En medio del momento donde escuchábamos el nombre y posición de hermanos venezolanos, brasileños, argentinos, salvadoreños, colombianos, y otros más, preguntamos a viva voz: “¿es que no vendrá ningún boricua?.

Ya habiendo empezado la actividad, entran varios jóvenes, los cuales toman su lugar al final de la fila de los tecnéticos hispanos que trabajan en la gigantesca empresa, que dicho sea de paso, sólo en la ciudad de Redmond emplean a 22,000 personas. Es el tercero de este grupo que, dando un paso al frente, se identifica como puertorriqueño. Espontáneamente, hubo un silencio que fue interrumpido por este reportero con una exclamación que pareció haber salido del alma:

¡¡por fin!!

Este comentario provocó un estallido de risa de los allí­ presentes que sirvió como preámbulo perfecto para la amena conversación que durante un cóctel tuve con Alvin.

MENTOR Y “ABANDERADO” DE PUERTO RICO

Alvin cita el internado que hizo en sus años de estudiante como el evento que abrió la puerta para que Microsoft se interesara por comenzar en el Recinto de Mayagí¼ez un esfuerzo de reclutamiento que hasta hoy continúa llevándose a cabo.

Actualmente se calcula en aproximadamente 15 el número de puertorriqueños trabajando en Redmond. Y según Alvin nos cuenta, este número tiene todas las posibilidades de que aumente, a juzgar por la cantidad de veces que este lidera los viajes de reclutamiento que la empresa realiza.

De hecho, cuando Microsoft trae a personas de fuera, ya sea como “interns” (personas que viene de manera temporera a adquirir experiencia de trabajo) o para entrevistas de trabajo como tal, Microsoft exhorta a personas como Alvin a que sirvan de mentores y los agasaje y los haga sentir bien, a la vez que la empresa paga todos los gastos a incurrirse. “Microsoft realmente se preocupa por tratar bien a los visitantes”, dijo el joven.

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SU ENCUENTRO CON “EL HOMBRE”

Si hay una pregunta obligada para toda persona que trabaje en Microsoft, lo es: “¿haz conocido al jefe?” Obviamente nos referimos a Bill Gates, principal arquitecto de programación de Microsoft y uno de los í­conos de la industria de la informática. A esta interrogante, Alvin contesta con firmeza: “sí­, lo he conocido”.

“Cuando alguien viene como ‘intern’, lo llevan a la casa de Bill Gates para participar de una barbacoa (“BBQ”) en el cual, por supuesto, él hace acto de presencia. í‰l establece una conversación contigo y todo.”

“Fue bien interesante. Estuvimos una hora hasta que por fin él salió”, nos cuenta Alvin. Es una persona bien casual…salió con sus ‘dockersitos’ (pantalones de estilo casual) y camisa manga larga…simplemente caminando entre los asistentes, saludando a las personas. Rápido se empezó a formar un cí­rculo alrededor de el…yo fui y lo saludé y le pregunté sobre la dirección de la compañí­a en el campo de las telecomunicaciones. Fue una experiencia bien interesante”.

LA VIDA EN MICROSOFT

¿Pero, que tal son las cosas en Microsoft como lugar de trabajo? Alvin explica que, al hablar con amistades que fueron contratados por empresas tales como Raytheon e IBM, estos le contaron que son más formales en lo que se refiere al trabajo en comparación con Microsoft. “Estos son más estrictos…[y los empleados] tienen que seguir un horario de trabajo, tienen un código de vestimenta, tienen sus métodos y no pueden ser cambiados porque así­ ha sido siempre”, dijo el joven.

Alvin continuó diciendo que “aquí­ en Microsoft tenemos estructura. Tenemos ‘managers’ (gerentes) y tenemos jefes…pero las condiciones de trabajo son: si ‘esto’ es lo que tú necesitas para trabajar bien y para llegar a ese ambiente en el que puedes crear las mejores soluciones para los problemas que tenemos, obtenlo. Tú te vistes como tu quieras, tú escoges tu horario de trabajo, y tienes disponible una inmensa cantidad de recursos”.

Tan así­, que Alvin nos cuenta que el puede ir y tocar la puerta de cualquier vicepresidente de la compañí­a y presentarle cualquier inquietud. “Es un ambiente de comunicación muy abierto”, señaló Alvin, citándolo como factor clave para un negocio como lo es el desarrollo de programas. “[esto] no es un tí­pico ‘8 a 5’. [En cualquier momento] te llega la luz, la inspiración”.

alvin-microsoft-2[2]Su horario promedio de trabajo se compone de ocho a nueve horas diarias, aunque cuando surgen “deadlines” (fecha lí­mite) para algún proyecto, ha trabajado hasta 12 horas consecutivas. Pero hace la salvedad de que en los dos años y medio como empleado de Microsoft, esto sólo ha pasado unas tres veces.

Contrario a lo que normalmente se piensa de los trabajadores de la informática (horas interminables de trabajo, etc.), la experiencia de Alvin ha sido todo lo contrario. “Yo esperaba que iba a tener mi neverita en la oficina y mi camita, [y que] iba todos los dí­as a dormir allí­,” dice de manera jocosa. Entonces, ¿cómo hace para que no sea de esa manera? Alvin cita la organización y el saber establecer prioridades como la fórmula para poder lograr las metas del dí­a en ocho o nueve horas.

Aunque ciertamente Alvin expresa estar contento con su trabajo en Microsoft, trabajar en una compañí­a tan expuesta públicamente podrí­a ser motivo de diversas situaciones tales como inseguridad, molestia por comentarios negativos hacia la empresa, etc. Al preguntársele de qué estaba seguro en cuanto a su trabajo en Microsoft, este nos respondió: “estoy seguro que estoy trabajando para una compañí­a que va a estar en este mercado indefinidamente…que tengo estabilidad de trabajo…que no me tengo que preocupar por despidos ni escasez de recursos…que donde estoy voy en la dirección correcta para continuar desarrollando mi talento en el negocio. Y me encanta.”

El mundo de trabajo de Alvin se desarrolla en el Edificio 41 en el enorme complejo de edificios y oficinas que componen las facilidades principales de Microsoft (sí­ amigas y amigos lectores, hay sobre 50 edificios en la sede de Microsoft) . Y sí­, su oficina está decorada con motivos puertorriqueños, incluyendo la tablilla (placa) del auto que se trajo desde la isla.

NADIE ES UNA ISLA

En Microsoft, a juzgar por lo expresado por Alvin, nadie es una isla. Y es que los puertorriqueños (y latinos en general) que trabajan allí­ mantienen contacto regular y hasta se reúnen para compartir ocasiones especiales. Y cuando los demás empleados con culturas diferentes ven que los puertorriqueños han formado algún “jolgorio” o “fiesta”, Alvin aprovecha y les cuenta sobre la cultura puertorriqueña. “No hay nada más gracioso que ver a un americano tratando de cantar en español”, dice el joven.

Pero, ¿cómo se siente Alvin al trabajar en una compañí­a que algunas personas consideran un maleficio? El joven afirma vehementemente que Microsoft hace productos que, en su mayorí­a, son realmente para beneficio de las personas en general. “Nosotros hacemos productos para ayudar…a diferentes personas. En mi caso especí­fico, nosotros tenemos clientes con los que he tenido la oportunidad de estar frente a frente…estas son personas que usan nuestro compilador (el programa en el cual Alvin trabaja) y que por ejemplo [lo usan para hacer] software que los doctores usan para los sonogramas, [o para] diagnosticar enfermedades del corazón. Ellos nos dan las gracias [por lo] fácil que le hacemos la vida [para desarrollar programas]”.

Golpeando levemente la mesa para enfatizar su punto, Alvin dice que ese es sólo un ejemplo del resultado de la labor que realizan los trabajadores de Microsoft. “La gente tiene una idea errónea de lo que es Microsoft”, continúa diciendo. “Todo lo que nosotros queramos donar a una entidad benéfica que elijamos, la empresa igualará la cantidad donada. Sin lí­mite”. Un contraste extremo a la publicidad negativa que a veces Microsoft recibe sobre sus prácticas de negocio. Un ejemplo de esto es la supuesta reacción de Steve Ballmer, principal oficial ejecutivo de Microsoft, cuando un empleado de alta jerarquí­a de nombre Kai-Fu Lee decidió renunciar para irse a laborar con la gigante de búsqueda en la red Google. “¡Voy a j**** a Google!”, se alega que Ballmer manifestó en ese momento según documentos sometidos en una corte del estado de Washington.

Pero Alvin no deja que esto le afecte, afirmando que una de las cosas que le hace estar tranquilo es la seguridad de su trabajo.

MIRANDO HACIA EL FUTURO

A pedidos de este reportero, Alvin expresó un mensaje a la juventud que pudiera estar leyendo este reportaje, y que reproducimos a continuación:

“Primero que nada, yo le recomiendo a todos esos estudiantes, todos esos muchachos, la edad que sea, que siempre estudien. Que siempre se pongan en sus metas “I’m gonna go to college, and I’m gonna study” (quiero llegar a la universidad y voy a estudiar). Porque es bien importante que ellos escojan una carrera que los va a llenar…una carrera [en la] que ellos se sientan contentos y alegres ejerciendo por el resto de su vida.”

“La tecnologí­a, que fue la rama que yo escogí­, it’s all around us (está a nuestro alrededor)”, dijo entusiasmado. “Todo, todo, todo…lo más mí­nimo que esté alrededor de nosotros esta corriendo un software (programa), o tiene transistores, o alguien, un ingeniero, se sentó un dí­a y lo diseñó.”

“No se crean que porque están en Puerto Rico o están en algún otro paí­s de Latinoamérica no hay puertas para moverse a las grandes compañí­as que están en Estados Unidos o en otros paí­ses del mundo”, enfatizó. “Si de verdad están apasionados por el software (“programas”), si de verdad están apasionados por la tecnologí­a, que estudien una carrera relacionada…las puertas se abren. Lo menos que yo pensé cuando estaba en cuarto año de high school (escuela superior o bachiller), escribiendo ‘ingenierí­a de computadoras’ en mi college application (‘solicitud de admisión’) es que yo iba a trabajar para Microsoft. Es increí­ble”.

Alvin finalizó diciendo, “never give up (nunca te rindas) y, no importa cuales sean tus condiciones, siempre lo puedes lograr. Yo he visto veinte mil casos de gente con pocos recursos…con muchos recursos, gente limitada…con muchos problemas…manténganse firmes en sus estudios y van a lograr llegar a donde quieran llegar”.

Y para ejemplo, sólo basta seguir las huellas que Alvin ha dejada y continúa dejando para que nuestra juventud las siga.


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