EVENTOS

Dí­a 2: ”¿Y mis maletas, donde están?

Ayer me prometí­a a mi mismo que no iba a escribir sobre el incidente de las maletas porque estaba seguro de que pronto las tendrí­a conmigo y todo iba a estar bien…

Como dice el famoso refrán: “el hombre propone y Dios dispone”. Al hacer el reclamo de las maletas, me entregaron un papel con un teléfono al cual me debí­a comunicar para averiguar el estatus o el paradero de mis maletas. Son las 9:00am en Las Vegas. “Ok, vamos a llamar” me dije y procedí­a a comunicarme. “Lo sentimos, todavia no sabemos donde rayos dejamos sus maletas. Llame más tarde”. AAAARGH!!! (Para beneficio de la aerolí­nea, quiero aclarar que la contestación cuando llamé al número que me dieron no fue exactamente como aparece aquí­; lo justo es usto).

¿Y ahora, qué? Tengo la misma ropa de ayer, y aunque me bañé todaví­a me siento “adobao” por haber hecho una fila kilométrica en el aeropuerto en Puerto Rico, cansado y amanecí­o (recuerda que he estado haciendo cápsulas para las dos estaciones de radio, una a las 8 y 9 a.m., que en realidad se traducen a las 4 y 5 a.m. respectivamente). ¡Y esta noche es la actividad con Bill Gates!

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Miro el reloj y son..las 9:00am…hora de salir para el área de prensa a buscar la “primera muda” de información (o sea, como 25 libras de papeles que contienen información de lo que se va a presentar en el show). También es hora de encontrarme con Reniet. El recientemente se mudó a Las Vegas (es puertorriqueño) y estará asistiéndome como fotógrafo) y dice que, con excepción de algunas cosas, le encanta vivir aquí­. Lo felicito.

Abordo una de las guaguas que llevan a los asistentes al show al “convention center” desde los hoteles oficiales del show, que son más de 3 docenas (recuerda, 110,000 personas..). Mientras me traslado al lugar pienso que lo más seguro cuando regrese al cuarto me estarán esperando mis lindas maletas. Al llegar y encontrarme con Reniet entramos a uno de los 3 edificios del lugar y, una vez más, nos encontramos con el “mega robot” del show. Por si no lo conoces, es un “robot de promoción” de 8 pies de alto que habla, baila y todo…

El estar “embelesao” con el robot hizo que tomaramos la ruta equivocada y si normalmente tení­amos que caminar 5 minutos hasta la sala de prensa, mi “embelesamiento” triplicó la distancia y casi nos toma 20 minutos llegar. Y los pies ya lo estan resintiendo…

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Tomamos los materiales (y el bulto para transportarlos) para regresar al hotel donde se supone que estarí­an mis maletas esperándome. Abro la puerta del cuarto y, ¿que crees? Nada. Ni un mensaje en el teléfono del hotel, ni tampoco en mi teléfono móvil. Ni siquiera un papelito debajo de la puerta. Me estoy empezando a preocupar…

El silencio que reinaba en el cuarto ante la situación de las maletas fue interrumpido por el sonido de el estómago, en franca protesta por el maltrato al cual estaba siendo sometido: mucha actividad y cero comida. Decidimos ir a “callar” el estómago visitando el “triste” buffé del hotel Sahara que está al cruzar la calle. Si, al cruzar la calle pero como a 1,000 pasos de distancia (estos hoteles toman 3 y 4 bloques completos). Luego de pasar lo que algunas veces parece distancias interminables dentro del hotel, llegamos al área del buffé y…estaba cerrado. Por poco me echo a llorar. Toda esta caminata, con hambre que parecí­a de dí­as y el dichoso buffé cerrado. Menos mal que a mi no es muy dificil complacerme…Reniet, siendo ya un “local”, rápidamente me indicó que al cruzar la calle habí­a una tienda de música; el perfecto entretenimiento hasta que el buffé abriera dentro de una hora. Siendo la música mi único vicio (y los que me conocen lo pueden así­ constatar), mandé mi hambre a “freir papas” y hacia la tienda nos dirijimos.

Luego de satisfacer mis hambres (biológica y músical), nos dirigimos nuevamente al hotel donde, ahora sí­ esperaba encontrar aunque sea un telegrama del paradero de mis “petacas” como se le dice a las maletas en México (¿y cómo se esto? Fácil; ¡paga ser fanático del Chavo del Ocho!). Son las 5pm. Entramos al cuarto y…

Cero maletas. Pero…

Miro al teléfono del cuarto y…¡ALELUYA! ¡Hay un mensaje! Voy corriendo hacia este para tomar el mensaje pero me pregunto, ¿será un mensaje para decirme que no las encontraron, o que sí­ llegaron pero en cantitos, o que todaví­a están en Puerto Rico riéndose de mí­ mientras disfrutan del calor boricua? Marco el número y para mi alivio, el mensaje decí­a que las encontraron, que la compañí­a ya las recogió para hacermelas llegar en las próximas seis horas. ¿Seis horas? HELLO!!! ¡¡La conferencia con Bill Gates es las 6:30!!

Son las 5:15pm…5:30pm…y suena el teléfono! “Señor, sus maletas llegaron. Quiere buscarlas o se las enviamos?” Pensando en todo lo que hay que caminar para llegar hasta allá (créeme, a mi me encanta caminar, pero las distancias en estos hoteles son un abuso), le pedí­ que me las enviaran RUSH. Un par de minutos mas tarde tocan la puerta. ¡¡POR FIN!! A “juyir” pa’l baño a prepararme para la conferencia con Bill Gates. ¿Y por qué tanto el apuro? Bueno, no es todos los dí­as que estas tan cerca de un “brain” (digan lo que digan el tipo es un “brain”, punto. Al menos esa es mi opinión…). Aparte de oir lo que el tenga que decir (y reportarlo para ustedes), a ver si se me pega un poco de su “toque de Midas”…¡uno nunca sabe!

Mañana: ¡Dios mí­o que es esto!, cientos de papeles y tan sólo dos comidas.

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