Un día como hoy, Apple inició la revolución que cambiaría para siempre el cómo escuchamos música
Cuando el calendario marcaba como fecha el 10 de noviembre de 2001, el mundo era muy distinto.
Los ataques terroristas del 11 de septiembre estaban aún frescos en nuestras mentes, y la idea de escuchar música era bajándola en formato MP3 de sitios como Napster, Audiogalaxy y otros. El estado en que la tecnología se encontraba en aquel entonces, cuando la piratería de música era la forma preferida de “adquirirla”, causó que la industria del entretenimiento iniciara eventualmente una ofensiva legal que afectaría tanto a compañías de internet como sus usuarios, causando una “guerra” entre las casas disqueras, los artistas y sus fans.
Por otro lado estaban las fabricantes de electrónica que buscaron hacer “fiesta” vendiendo productos mediocres, siendo el reproductor portátil Rio de Diamond Multimedia la excepción a la regla. En otras palabras, el Rio era “de lo mejorcito”.
Pero un día como hoy, 15 años después y específicamente dos días de las atribuladas elecciones generales de 2016, recordamos la puesta a la venta del iPod, uno de los productos que salvó a Apple de su desaparición, y que se extendió a travez de los años con impresionantes cambios tecnológicos que dieron paso al iPod Mini, iPod Nano y el iPod Touch.
Aún cuando el iPod costaba mucho más que otros dispositivos con mejores especificaciones (ofrecía almacenar 1,000 canciones por US$399, que en dinero de hoy serían $544), lo atractivo de su diseño, su reducido tamaño en comparación con la competencia y la simpleza de su operación fue la combinación gandora que hizo que el iPod se convirtiera en un verdadero ícono de la industria y de la sociedad, influyendo profundamente en toda la tecnología venidera.
Llegar a ese punto no fue fácil. Tuvo que requerir a alguien del genio de Steve Jobs para realmente llevarlo a su punto álgido, óptimo, inigualable. Un ejemplo de esto es la historia relatada por un ex-empleado de Apple a The Atlantic. Tras evaluar el prototipo del iPod, se lo llevaron a Jobs para su aprobación. Este lo tomó en su mano, y después de evaluarlo de varias formas determinó que eso no era lo que el quería y lo rechazó porque era muy grande.
El grupo de ingenieros, perplejos ante la reación de Jobs, le explicaron que para hacerlo más pequeño tendrían que “reinventar el inventar”, y que simplemente era imposible hacerlo más pequeño. Jobs, demostrando que lo imposible es posible, calló por un rato, para luego pararse y dirigirse a un acuario. Sin encomendarse a nadie, procedió a dejarlo caer dentro de este, y al posarse en el fondo, burbujas empezaron a emanar de este.
¿Qué quería decir esto? Las burbujas eran producidas al desplazarse el agua en espacios vacíos dentro del iPod, indicando que, en efecto, es posible aprovechar este espacio para reducir el tamaño del aparato. “Esas son burbujas de aire. Eso significa que hay espacio allá dentro. Háganlo más pequeño”, dijo Jobs. Y el resto, es historia.
¿Recuerdas tu primer iPod? Cuéntanos en el área de comentarios cómo fue esa primera experiencia de tenerlo, dónde estabas y cual fue la primera canción que escuchaste.
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